Cuando recibimos la responsabilidad de la labor editorial de la Revista Biota Colombiana, hace ya casi diez años, el Instituto Humboldt se encontraba en un proceso complejo de reorganización y de cambio hacia un futuro, que en aquel momento ninguno de nosotros imaginaba fuera a evolucionar tan rápidamente. Biota, como otros programas y dependencias del Instituto, no escapó a esos cambios y tuvimos que adaptarnos rápidamente a las nuevas circunstancias. La revista, que en otro momento gozaba de gran prestigio a nivel nacional, experimentaba un proceso de aislamiento en relación con el resto de la comunidad científica nacional, del continente e incluso a nivel internacional. La temática cada vez más especializada, y con unos términos de referencia o normas de publicación muy rígidas, ahondaba en esa crisis, la cual, sumada a otros escenarios fuera de nuestro alcance, llevó en algún momento a considerar su cierre definitivo. Afortunadamente, la gestión de la directora general de aquel entonces, Eugenia Ponce de León Chaux (2009–2010), apoyada por la Junta Directiva, y en especial de los profesores Luis M. Renjifo Martínez y Miguel G. Andrade, fue clave y permitió el resurgimiento de Biota. Es así como en 2010 se publicaron los números 1-2 (Volumen 10) de 2009 sobre la Orinoquia, pero ya con una visión más biogeográfica y sin fronteras “geopolíticas” o “temáticas” para la biodiversidad. De ahí en adelante, a pesar de las restricciones económicas y de personal, la revista siguió avanzando y amplió su perfil, gracias al apoyo de la actual directora general, Brigitte Baptiste (2010-presente), llegando a publicar durante ese periodo 22 números, que incluyeron 245 artículos y la participación de más de 450 autores y al menos 50 instituciones de varios países. Eso ha permitido a Biota Colombiana llegar, de acuerdo con la clasificación de las revistas científicas según Publindex (Colciencias), a la categoría A2 en el 2017, así como tener un factor de impacto índice h-5 –según “Google Metrics” en el 31 de marzo de 2018, de diez (10), lo que la posiciona como una de las revistas líderes en su campo a nivel nacional para la publicación de artículos originales sobre la biodiversidad neotropical.Otro de los logros por los cuales debemos sentirnos orgullosos todos los científicos colombianos y de otros países que hemos trabajado o publicado en la revista, es haberle dado cabida, con el debido rigor científico, a los trabajos de muchos estudiantes recién graduados o investigadores noveles, que difícilmente hubieran tenido cabida en otras revistas extranjeras de “alto impacto”, por varias razones que ameritarían otra editorial, pero de varias páginas.No quiero cerrar esta Editorial, consciente de que probablemente olvide a alguien, sin antes agradecer al Comité Directivo, Comité Científico Editorial, a los evaluadores y su trabajo “invisible” pero sostén fundamental de la revista, a los editores invitados, a los autores y a todas las personas que me han acompañado durante este proceso, especialmente a Susana Rudas, Claudia María Villa, Paula Sánchez, Ricardo Carrillo, Dairo Escobar y Cristina Rueda. A todos, muchas gracias. Carlos A. LassoEditor Biota Colombiana (2009 - 2018)

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